La ciudad de Plane

Un paraíso terrenal en el recuerdo, es sin duda mi Ciudad Invisible. Un paisaje montañoso rodeado de la dulzura que proporciona nuestra memoria a un bonito recuerdo.Tenía menos de 10 años cuando visitaba una pequeña aldea, que con sus vacas, su río, su vegetación y su gente la tranformaban en un lugar mágico.

La ciudad (chunga) del Chico Desenfocado, de Un lunar en la pupila

En la ciudad invisible nadie sonríe. Y quien lo hace se arriesga a que sus vecinos le miren por encima del hombro. Todo empezó el día en que un huraño dictador les quitó la música. Desde entonces todo en mundo se siente como si les hubiesen mutilado el oído, aunque ya son más bien pocos los que recuerdan las melodías que recorrían las calles.

La ciudad de Contemplador

A día de hoy no me puedo quejar ni mucho menos del número de ciudades que he conocido. Supongo que por ahora mi ciudad invisible tendría un poco de cada una de ellas. Los museos de Madrid, el campus de Cambridge, la vida y en general mucho de Barcelona, la monumentalidad de Roma, la pulcritud de París, los precios y la calidad de vida de Málaga, la perfección cívica de Amsterdam, los canales de Venecia, el ambiente de Granada, un nosequé de Sevilla, la esencia de Londres y , por supuesto, la arrebatadora belleza de Florencia.

Pues ahora voy a hacer yo de presentador de Radio 3 y os pregunto:

¿Cuál es tu ciudad invisible?

P.D.: Ilustración de Sforzinda, la ciudad ideal trazada por Filarete en su Tratatto di architettura

La ciudad del Inadaptado, en Una tarde de lluvia

Huí de mi pueblo buscando algo a lo que no sabía ponerle nombre. Y a día de hoy siento que persigo un fantasma que solo consigo rozar con los dedos en algunas ocasiones. Porque lo que busco no es de este mundo, sino del que está al otro lado. Ya he dicho que cruzar no es fácil, más si no me atrevo a buscar las formas de hacerlo. Existen muchas puertas, sí, pero hay que buscarlas y después atreverse a abrirlas.

Cuanto más camino recorro en este mundo, más perdido me siento. Siento que le estoy dando la espalda a ese otro yo. Y me da miedo que llegue un momento en que no pueda volver a cruzar el umbral a mi ciudad invisible...

La ciudad de Fabián, en Alta Mar

Creo que de las ciudades sólo vemos una parte a la que acostumbramos nuestra mirada y dejamos sin ver una ciudad invisible, plagada de elementos curiosos: esculturas, formas, arquitecturas enteras, que estando ante nuestros ojos, nuestra mirada las ciega. Quizás haya una ciudad visible, con escaparates, luces, anuncios ... y otra ciudad invisible a la mirada de muchos ciudadanos y que sólo ven aquéllos que han aprendido a mirar desde otros postulados diferentes.